
Después de la semana llena de mensajitos en los medios de comunicación de Bosch Valero a Pepe Mel sobre su futuro, el veredicto del beticismo ha sido unánime; con uno a cero en el marcador, con el empate y, no digamos, con el cuatro a uno. La afición quiere que Pepe Mel sea el entrenador del Real Betis la temporada próxima en primera división.
Quien hoy ejerce el poder en el club verdiblanco, por decisión judicial, debería tomar nota del veredicto del beticismo, y, además echar un vistazo a la reciente historia del Betis, en la que cualquiera que destacaba y era beneficioso para el club, fuese entrenador o jugador, era puesto en el punto de mira del señorito, como fase previa de su obligada marcha. Así nos fue.
Pepe Mel ha devuelto el apoyo del público, con la decisión acertada que ha cambiado el rumbo del partido. En efecto, el Numancia había salido muy decidido, presionando arriba, incomodando al Betis, hasta el punto que antes del minuto ocho había sacado seis corners y había obligado a Casto a hacer dos grandes paradas. Sin embargo, en el minuto diez, en la primera ocasión en que se acercaba al área numantina, balón de Lopes a Pereira que pasa a Rubén Castro, que se interna en el área y coloca el balón en la red por la derecha de Lafuente. La grada corea ¡volveremos, volveremos, volveremos otra vez …! La goleada se presumía, pero no llegaba, y a la salida de un corner el Numancia empataba. A partir de ahí, se sucedieron, de una parte, las ocasiones del Betis (Rubén Castro y Molina, ambas en grandes jugadas de Emaná) neutralizadas por Lafuente; y de otra el coladero en que se había convertido la banda derecha, por
En ese momento se notó la mano de Pepe Mel; reforzó tras el descanso el centro del campo, con Cañas (que estuvo muy acertado) por el lesionado Emaná, y desplazó hacia la banda derecha a Beñat para ayudar a Lopes. Cedric desapareció.
Además, en el minuto uno del segundo tiempo Pereira, enmendando su desafortunada primera parte, marcó un gran gol.
A partir de ahí, dominio pleno del Betis, salvo un susto en un despiste de Casto. Ya todo fue coser y cantar en una tarde inspirada de Rubén Castro que hizo un triplete, marcando su segundo gol en una jugada en que acosó al defensa numantino, que se pudo nervioso, cedió el balón a su portero que había salido, aprovechándose de ello el delantero canario. Y su tercer gol llegó al rematar en el segundo palo, un balón pasado de Miguel Lopes, en la mejor jugada del partido, iniciada por Ezequiel (cada día va a más), y continuada por Beñat.
Después la euforia en forma de cánticos en la grada, dedicados a Gordillo, a Mel (por cierto a Bosch no), ¡volveremos!, ¡es de primera!.
En efecto, pues no solo hoy por hoy ningún equipo de segunda le hace sombra, sino que ya, a tan sólo siete puntos del ascenso, el Betis será de primera efectivamente, más pronto que tarde.
Libero.