Llevamos tiempo escuchando, desde el propio Betis y los medios de
comunicación sevillanos, que la salida de Beñat de la entidad verdiblanca está
realmente cercana. Todo se reduce, por el momento, a una cuestión de dinero, la
situación administrativa del Real Betis obliga a destinar un porcentaje de cada
ingreso al pago de los acreedores, pero, deportivamente, realmente cuáles
serían las posibles consecuencias de su venta.
Si observamos con detenimiento todos los partidos de la pasada
temporada del Betis, así como los jugados en la actual, veremos que nuestro
equipo se mueve de forma clara al ritmo que marca el vasco, cuando él juega
bien, la sinfonía de nuestra orquesta verdiblanca suena a las mil maravillas,
por contra, en esos días en los que no está tan acertado, la orquesta desafina.
Partiendo de la base de que todo el mundo es necesario pero
nadie imprescindible, lo cierto es que vivimos en el fútbol mundial un momento
en el que predomina el medio centro trotón, que presiona, que lucha, que corre,
que roba, que la suelta rápido, pero que no crea juego, que ni organiza ni toma
galones en el medio-campo. Lejanos quedan los tiempos en los que en nuestra
liga predominaban los Fernando Redondo, Guardiola, Jokanovic, Onopko, Chemo del
Solar, Brnovic, o nuestro queridísimo Alexis. En la actualidad los jugadores
capaces de organizar el juego del equipo con claridad y calidad escasean, se
cotizan enormemente, son casi en exclusiva territorio reservado a los grandes
poderosos de Europa, salvo las promesas que van surgiendo y que, por desgracia,
duran poco en los clubes más modestos. No
dudo de que con una buena labor de scouting de la Secretaría Técnica pueden
encontrarse jugadores perfectamente capaces de aportar toque y distribución del
balón en la zona central de la cancha, pero a estas alturas de agosto, con
pocos días para que se cierre el mercado, es realmente difícil encontrar
jugadores de ese corte y, más aún, encontrarlos en los parámetros económicos en
los que puede moverse actualmente el Betis.
Además, debemos considerar que la mayor parte de nuestros
centrocampistas son más de brega, sin que ello signifique en absoluto que no
tengan calidad, que de las características de Beñat. Encima, el gran refuerzo
para la media que acaba de llegar, Nosa Igiebor, es un buen jugador, sin duda,
pero sus cualidades principales son la presión y la llegada, no la organización
pura del juego. En la cantera hay enormes brotes verdes, sí, pero cargarles a
los chavales ahora la responsabilidad de canalizar el juego del equipo sería
absolutamente precipitado, el jugador joven debe formarse bien e ir asumiendo
roles y responsabilidad de forma progresiva.
Por todo ello, mi conclusión es que el momento de la venta de
Beñat ya ha pasado, a estas alturas, con la pretemporada ya realizada e
iniciada la competición, lo adecuado es retenerlo al menos un año más, para, en
caso de que el jugador tenga claro que no quiere renovar y continuar en la
entidad bética, traspasarlo el próximo verano, de forma que durante esta
temporada la Secretaría Técnica vaya cerrando, sin prisa pero sin pausa, el releve o lo relevos del emblemático
jugador verdiblanco. Lo ideal sería ver a Beñat de por vida en nuestro club,
pero por una cuestión meramente económica, va a resultar tremendamente
complicado.
Alberto González