Atletico 0-2 Betis. A verlas venir... Vinieron y las vieron

Uff. .. Al fin podemos respirar con un poco de tranquilidad, pues el resultado obtenido hoy en el estadio Vicente Calderón (recinto que trae recuerdos gratos al beticismo) permite llegar a las vacaciones de Navidad en la zona tranquila de la clasificación, habiendo casi obtenido la equivalencia de puntos necesarios para la salvación,  y poniendo tierra de por medio con la zona de descenso. Todo ello, después de lo acaecido durante los meses de octubre y noviembre, es para respirar con cierto alivio. De momento falta rematar la primera vuelta en la línea iniciada ante el Valencia.

¿Qué ha pasado hoy a orillas del Manzanares? Pues que el Betis salió a verlas venir; conservador; aguantando la presión inicial del Atlético que perdonó dos veces en los primeros minutos, por medio de Falcao, y que tuvo un control casi absoluto del balón a lo largo del primer tiempo. El Betis solo creó peligro en un lanzamiento de falta por Beñat.

La segunda parte comenzó con el mismo tono; el Betis seguía conservador, defendiendo sin demasiados apuros. Como decía en el título, estaba a verlas venir. Y si bien la lucha de todos fue encomiable, quien permitió al equipo verdiblanco seguir en esa situación fue Casto. ¡Qué gran temporada la del portero bético! Sí, está siendo fundamental, a pesar de aquéllos dos goles desde lejos.

Así las cosas, un detalle ha cambiado respecto a meses anteriores: la primera oportunidad que el equipo verdiblanco ha tenido, ha ido a la red. Bien Nacho, que pasó a Rubén; el canario envió el balón a Pozuelo que se internó en el área por la izquierda, y ante el resbalón de un defensa colchonero, lanzó un zurdazo al palo opuesto, y el cuero besó la red.

Quedaba mucho partido por delante; pero una defensa ordenada, en la que destacaron por alto Dorado y Amaya, permitieron que el reloj fuese avanzando, con ¡qué lentitud!, sin que la meta bética fuese hoyada, a lo que contribuyó un majestuoso Casto con varios paradones incomensurables.

Ya cerca del final, a tres minutos, Montero falló a dos metros de una portería vacía. De nuevo el miedo. ¿Pasará otra vez? Pero no, el mal fario se había puesto hoy otra camiseta, y ya en tiempo añadido, un robo en el centro de Iriney, que pasa el balón a Roque Santa Cruz, que se acomoda y lanza un trallazo que es escupido por el larguero; Santa Cruz insiste, pugna con Godín al que quita el balón, y esta vez sí, el nuevo lanzamiento va dentro. Llegó la tranquilidad por un par de semanas.

Feliz Navidad.   

Libero.