Tras la
lluvia de las críticas al equipo durante buena parte del mes de marzo; del uso
interesado contra Mel de las estadísticas por una buena parte de esos “pseudoperiodistas”
que viven del fútbol sin más que hablar y hablar en la tertulias radiofónicas y
televisivas; de filtración de cotilleos por los mismos personajes, siempre en
perjuicio del entrenador que devolvió al Betis a primera; y tras, por qué no
decirlo, de unas semanas de mal juego y de nervios, ha vuelto a reír la
primavera, en forma de una victoria ante el Villarreal en el Villamarín, que
revalida así, la conseguida la semana anterior en la Rosaleda.
Y resurge
asimismo la primavera por Heliópolis porque esas dos victorias consecutivas,
significa, prácticamente, la salvación del Real Betis y, por tanto, la
consecución de sus objetivos que son, no se olvide dadas las limitaciones
económicas del club blanquiverde, los reales, y no los que algunos se inventan
al socaire de la borrachera subsiguiente a algunas victorias encadenadas.
No
obstante lo anterior, es bueno resaltar cómo en el fútbol se mueve uno en el
filo del alambre, y todo puede cambiar de un sentido al contrario en un
momento; y en ello influye la
suerte. Y esa suerte que tanto se ha negado otros días (por
ejemplo contra el Racing, Getafe, Español) ayer se alió con el Betis, cuando a
una cesión peligrosa de Dorado, siguió un resbalón de Fabricio, el balón
mansamente al palo y Marco Ruben que no se enteró. Después, en una primera
parte calamitosa de los dos equipos aunque el Villarreal empezaba a dominar,
otros tres minutos de gloria en un momento psicológico, cerca del descanso,
como en Málaga. Un gol de Roque Santacruz (gran partido del paraguayo) al que
siguió otro de Rubén, que pudo llevarse anoche el balón y convertirse en el
máximo goleador español de la temporada, de haber estado acertado en el remate;
en cualquier caso, buen partido del canario.
A partir
de ahí, alas en los jugadores béticos y plomo en la cabeza y en los pies de los
levantinos; resulta inexplicable la situación del Villarreal con los grandes
jugadores que tiene. La contra, el control y el toque empezaron a funcionar.
Así llegó un robo de Santacruz cerca de su área, sacó el balón con solvencia y
tranquilidad, envió a Montero que estaba a la izquierda en medio campo; balón
largo hacia la derecha del, a veces exasperante Jefferson, a Rubén que cede de
inmediato a Beñat en las inmediaciones del área, quien, casi a trompicones, se
lleva el balón y lo envía a la red.
Delirio y
tranquilidad como no se recordaba en el Villamarín; los cambios reforzaron y
dieron seguridad al equipo; volvieron los cánticos de apoyo a Mel. Con un poco
de suerte la afición podrá vivir un tranquilo final de temporada.
Libero
Acumulando victorias!! Se afianza el Betis!!
ResponderEliminarSaludos de Buenos Aires.
Partidazo y a seguir la racha.
ResponderEliminarPor cierto, esta noche a las doce o mañana puedes meterte en mi blog. Tengo unas sorpresillas preparadas!!
Saludos desde La Escuadra de Mago
Gran articulo jaime si señor enhorabuena , ya estamos salvados pienso , pero claro como bien dice Mel , hasta que las matematicas no lo digan....
ResponderEliminarJaime, aquí te dejo lo que te dije por si le quieres echar un vistazo:
ResponderEliminarhttp://laescuadrademago.blogspot.com.es/2012/04/continua-el-sueno_02.html
Un saludo y gracias!!
Sois unos grandes!
ResponderEliminarGracias por ganar a esos ladrones! jejeje. Y pasito a pasito conseguís la salvación como el RCD Mallorca.
Un saludo.
Mallorketas
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